La importancia de la mentoría

Correo noviembre 13, 2018

En un blog anterior, examinamos un fenómeno  la Iglesia Adventista conocido como “el síndrome del balde agujerado”. Miembros de la iglesia – particularmente los jóvenes – están dejando a la iglesia adventista en números preocupantes. Un informe de 2014 titulado Leaving the Church  la Oficina de Archivos, Estadística, e Investigación examinó diferentes elementos de la relación de los ex adventistas con la iglesia Adventista. Según este estudio, casi dos tercios (63.5%) de los encuestados abandonaron la iglesia cuando eran adultos jóvenes.

¿Qué se puede hacer ante esta tendencia? Una solución puede ser la implementación de la mentoría espiritual. En su libro “Por qué nuestros adolescentes abandonan la iglesia” [Why Our Teenagers Leave the Church] Roger Dudley sugiere que la razón por la cual los jóvenes adventistas abandonan la iglesia no es principalmente doctrinal, sino que es relacional (Dudley, 2000, p. 99). Parece que los jóvenes adventistas están buscando relaciones significativas, específicamente con mentores espirituales que puedan fomentar su fe y así guiar a la próxima generación en su camino cristiano.

El autor D.J. Tanner (2011)1 enumera diez ventajas de tener un mentor espiritual. Él sugirió que un mentor puede:

  1. Proveer apoyo y entendimiento 
  2. Convertirse en un ejemplo a seguir
  3. Participar en una relación que promueva el crecimiento espiritual
  4. Fomentar la responsabilidad
  5. Ser una fuente de ánimo
  6. Ser un ayudante en tiempos de crisis
  7. Ayudar al joven a establecer y alcanzar metas
  8. Proporcionar consejo para las decisiones de la vida
  9. Tener un impacto en otras áreas de la vida
  10. Tener la oportunidad de invertir en otras personas

En su capítulo titulado “Transmisión de fe y tutoría: la mayor necesidad de la iglesia” en el libro Una mirada fresca a la investigación denominacional: Rol, impacto y alcance [A Fresh Look at Denominational Research: Role, Impact, & Scope] Kelvin Onongha describe un estudio realizado entre varios líderes de las tres regiones de África: División de África Oriental y Central, la División del África Meridional y Océano Índico y la División de África Centro-Occidental. (Todos estos líderes eran parte de una clase de Ministerio Doctoral) Se administró una encuesta a estos líderes, y las preguntas principales que este estudio trató de responder fueron:

  • • ¿Juega la tutoría un papel importante en el discipulado?
  • • ¿Se avanza la transmisión de la fe a través de la mentoría?

 Todos los encuestados, sin importar la región de la que eran o su posición de liderazgo, indicaron que la mentoría es muy necesaria en la Iglesia Adventista. Todos los encuestados también estuvieron de acuerdo o totalmente de acuerdo en que la mentoría de otros contribuye a la transmisión de la fe en la Iglesia. Los encuestados también estuvieron de acuerdo en que la mentoría es vital para el discipulado. La relación mentor-aprendiz no es, sin embargo, una calle de sentido único. Onongha también escribe en su capítulo: “Aunque [la relación de mentoría] ayuda a los aprendices a crecer en las áreas necesarias de sus vidas, también ayuda a fortalecer y reafirmar la experiencia de fe del mentor”. La relación mentor-aprendiz es de dar y recibir. Los mentores deben tener tanto tiempo como energía para invertir en una relación; la capacidad de ser objetivo y reflexivo; fuertes habilidades de comunicación, que incluye ser un buen oyente; el don de dar buenos consejos; la capacidad de relacionarse con la vida del aprendiz; y el don de decir la verdad, incluso cuando es difícil. Los aprendices, por otro lado, deben estar dispuestos a dar los pasos necesarios para el crecimiento en su vida espiritual y deben comprometerse a realizar cambios. Mientras que el mentor asume los roles de maestro, el mentor se convierte en el estudiante. Esto requiere humildad y apertura al aprendizaje por parte del aprendiz.

Sin embargo, no todas las relaciones de mentoría son espirituales. Onongha escribe: “Para que la mentoría espiritual resulte en la transmisión de la fe, la relación debe basarse en ciertos elementos esenciales entre las dos partes”. Sugiere que estos factores incluyen una comunicación abierta y profunda, responsabilidad, reciprocidad, lo que implica dar y recibir entre el mentor y aprendiz, y análisis reflexivo de la relación de mentoría (Kuhl, 2017). Por supuesto, ¡mantener a Cristo en el centro de la relación también es esencial! Si, como iglesia, nos comprometemos a detener el flujo del “balde agujerado” y deseamos hacer de nuestra iglesia un lugar donde los jóvenes se sientan bienvenidos, las relaciones de mentoría son un buen lugar para comenzar.

  1. Tanner, D. J. (2011). Mentoring moment: 10 benefits of having a spiritual mentor. Biblical Patterns for the Christian. Retrieved from https://biblicalpatterns.wordpress.com/2011/10/28/mentoring-moment-10-benefits-of-having-a-spiritual-mentor/ []