La filtación del balde: Examinando los abandonos de la iglesia

Correo mayo 1, 2016

¿Alguna vez ha llevado un balde con fugas? ¿Uno que, sin importar cuán cautelosamente lo haya llevado o cuán cuidadosamente lo haya reparado, simplemente no dejará de gotear? Incluso si no ha estado en una situación así, es obvio que no puede dejar que el balde gotee indefinidamente. Piense en el costo: ¡cuánta agua desperdiciaría y qué tan alta sería su factura de agua si tuviera que continuar rellenando el balde!

¿Cómo lidiaría finalmente con la filtración del agua? Podría buscar un video en línea que le enseñara cómo parchar adecuadamente el balde. O, tal vez, podría sacar su caja de herramientas e intentar arreglarlo para que deje de gotear. O, quizá como último recurso, podría buscar a un experto que arregle la fuga. Pase lo que pase, una cosa queda clara: ¡no dejará que el cubo siga goteando!

Ahora piense en nuestra Iglesia. ¿Ha notado alguna “filtración” de miembros de la iglesia en su congregación local? ¿Personas que han asistido por cierta cantidad de tiempo, pero luego desaparecen repentinamente? ¿Qué se está haciendo para buscar a los que han abandonado nuestra Iglesia? Según un estudio reciente, el 39.25% de todos los miembros en los últimos 50 años han abandonado la Iglesia (Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación, 2015). Nuestra iglesia está experimentando la misma tendencia desgarradora que muchas otras denominaciones cristianas en lo que respecta a la membresía de la iglesia: el número de personas que se van, continúa aumentando. Para detener este goteo angustiante, hemos obtenido información importante sobre las personas que han abandonado la Iglesia.

En 2013, el Centro para el Ministerio Creativo realizó una encuesta internacional a 925 exadventistas del séptimo día. Estas entrevistas analizaron en profundidad la experiencia de los encuestados con la iglesia en su conjunto, desde el comienzo de su viaje hasta el presente.

Muchos de los encuestados entrevistados no fueron criados en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Solo el 30% creció en hogares adventistas, el 70% restante se convirtió en algún momento de su vida y el 45% de los encuestados habían sido criados o pertenecían a otra iglesia anteriormente, mientras que el 27% informó que no profesaban en ninguna religión antes de convertirse a la Iglesia Adventista.

¿Qué atrajo inicialmente a los encuestados a la iglesia adventista, y qué experiencias tuvieron mientras formaban parte de ella? ¿Qué eventos los llevaron a darle la espalda al adventismo? Estamos a punto de embarcarnos en un viaje juntos para aprender más sobre aquellos que se están alejando de nuestra iglesia.

Si bien este tema puede resultar incómodo, es esencial que comprendamos por qué las personas se van, para que podamos mantener a los miembros actuales y encontrar formas de reconectarnos con los que se han ido.

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