Nuevos datos de la encuesta global: Culto familiar y reuniones de oración

Correo marzo 6, 2019

Si hubo tiempo en el que cada casa debiera ser una casa de oración, es ahora…Sin embargo, en esta época tan peligrosa, algunos de los que se llaman cristianos no celebran el culto de familia. No honran a Dios en su casa, ni enseñan a sus hijos a amarlo y temerlo.

Elena G. White, Testimonios Selectos, Tomo 5, Capitulo 3

Elena G. de White escribió las palabras anteriores hace más de cien años (en 1902).  Aunque el hogar originalmente fue destinado para ser un refugio seguro, un tranquilo oasis del caos del mundo, para muchos hoy en día no lo es. En lugar de ser un lugar donde las familias pueden reunirse en paz y adorar a Dios juntos, el ajetreo de la vida las lleva en múltiples direcciones. La adoración brinda la oportunidad de recuperarse de las pruebas del día y volver a concentrarse en la familia y en Dios. Es un momento para no solo alabarle por su bondad, sino también aprender más acerca de Él.

Sin embargo, la encuesta global de miembros de iglesia del 2013 mostró que muchos miembros de la iglesia, en todo el mundo, no practican regularmente el culto familiar. (vea nuestro blog sobre los hallazgos de GCMS de 2013 en el área del culto familiar en https://www.adventistresearch.info/home-circle-breaking-family-devotions-global-church). ¿Cuál es la situación ahora, después de cinco años? ¿Cuánto han ayudado los planes y las iniciativas de la iglesia para que nuestros miembros le presten más atención al culto familiar?

Desafortunadamente, ha habido una disminución en el número de miembros de la iglesia que participan en el culto familiar durante últimos cinco años. En el 2013, aproximadamente uno de cada seis miembros de la iglesia informó que nunca tuvieron culto familiar, mientras que el 12% lo hizo menos de una vez al mes. Un poco más de un tercio de los encuestados dijeron que tenían culto familiar diariamente o más de una vez al día, y menos de una cuarta parte de ellos dijeron que, aunque no tenían culto diario, lo hacían más de una vez por semana.

Cinco años después, en la encuesta global del 2018 (GCMS 2018) los resultados mostraron que más de un tercio de los encuestados tienen culto familiar diariamente o más de una vez al día. Sin embargo, menos miembros de la iglesia tienen culto familiar más de una vez por semana; y aún menos dijeron que lo tienen aproximadamente una vez por semana. Más de uno en cada cinco miembros de iglesia en todo el mundo informaron que nunca tienen culto juntos como familias: un aumento de alrededor de cinco puntos porcentuales en esta categoría entre 2013-2018. Esta tendencia, teniendo en cuenta el consejo de la Hermana White, ¡es bastante inquietante!

Hay otras prácticas mediante las cuales uno puede participar en la adoración en un entorno de grupo, en el que uno proporciona y recibe alimento espiritual. Las reuniones de oración, por ejemplo, proporcionan otra oportunidad para reunirse durante la semana, poner en pausa a todo lo demás, y aprender más sobre el poder y la presencia de Dios. ¿Qué dice la iglesia adventista sobre su asistencia a estas reuniones? En la encuesta global del 2018 se les preguntó a los miembros de la iglesia con qué frecuencia asistieron a una reunión de oración en el transcurso de un año (P25.04). Alrededor del 38% de los miembros informaron que asistieron a una de estas reuniones más de una vez por semana o cada semana. Además, el 17% de los encuestados asistió a una reunión de oración casi todas las semanas durante el último año. Desafortunadamente, el 13% de los encuestados dijeron que habían asistido a una reunión de oración solo una o dos veces, mientras que un grupo un poco más grande dijo que nunca asistieron a la reunión de oración durante esos 12 meses.

Para desarrollar una relación más cercana con alguien, debemos invertir tiempo y energía en esa relación. Lo mismo es cierto de nuestra relación con Dios, mientras que también es cierto de nuestras relaciones con nuestras familias y compañeros seguidores de Jesucristo. Participar en el culto familiar y asistir a las reuniones de oración son dos formas maravillosas de mejorar la conexión de uno con Dios, conocerlo mejor y tener una experiencia real de caminar juntos con Dios a través de nuestras vidas.

Si las familias no se toman el tiempo para hacer esto juntos, especialmente enseñando y modelando esta práctica en sus hijos, uno debe preguntar quién está discipulado a la próxima generación de cristianos. ¿Qué cambios podría necesitar hacer en su propio compromiso personal o familiar en estas actividades? ¿Qué puede hacer su iglesia local para reavivar el interés y el significado de los miembros de la iglesia en las reuniones de oración?

Para obtener más información sobre el GCMS de 2013 y 2018, lea las siguientes presentaciones del Dr. David Trim de la Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación: