…para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Efesios 3:17-19
¿Alguna vez has conocido a alguien que realmente le encante escalar montañas? En ese caso, sabrás que esa persona siempre está ansiosa por conquistar el próximo pico, buscar la próxima montaña o asumir el siguiente desafío. Al terminar una meta, al llegar a la cima de una montaña, ellos siempre están listos para preparase para su próximo desafío. Esta analogía se puede aplicar fácilmente a nuestras vidas espirituales. Aquellos de nosotros que profesamos ser seguidores de Cristo no podemos detenernos en nuestro crecimiento espiritual y decir: “Conozco a Jesús lo suficiente, ahora voy a descansar: no necesito más crecimiento.” Una relación con Jesús es interminable—es un compromiso sin parar, y el crecimiento continuo es parte integra de esa relación.
Nuestros dos últimos blogs (se encuentran aquí y aqui )han examinado doce aspectos diferentes de madurez espiritual, así como fueron establecidos en la “Escala de Madurez en la Fe.” Estos elementos se examinaron como parte de una encuesta de 2013 de miembros de la iglesia, realizada bajo la dirección de la Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación de la Asociación General. Según el Dr. Roger Dudley, la madurez en la fe no es simplemente creer en un conjunto de creencias. En cambio, es una forma de vida, un conjunto de prioridades, disposiciones, y comportamientos demuestran que la fe de uno es profunda, vibrante y transformadora. Según Dudley, una persona madura en su fe demuestra ocho dimensiones centrales de la fe que se dividen en dos categorías básicas: indicadores de una relación con un Dios amoroso, e indicadores de una constante devoción por los demás.
Dudley dice que hay ocho dimensiones de un individuo que continua madurando en la fe tiene, y se resumen en las siguientes características:
- Confía en la gracia salvadora de Dios y cree firmemente en la humanidad y divinidad de Jesús
- Experimenta una sensación de bienestar personal, seguridad y paz
- Involucra su fe en su vida personal y en el trabajo, la familia, las relaciones sociales y su vida política
- Busca el crecimiento espiritual a través del estudio, la reflexión, la oración y la discusión con otros
- Busca ser parte de una comunidad de creyentes en la que las personas dan testimonio de su fe y se apoyan mutuamente
- Posee valores que afirman la vida, incluyendo un compromiso hacia la igualdad racial y la de género
- Busca la reforma social y global para lograr más justicia social
- Sirve a la humanidad, de manera constante y apasionada, a través de actos de amor y justicia
¿Qué dicen nuestros miembros de iglesia sobre su propia madurez espiritual, según lo que se les pregunto en la encuesta del estudio 2013 de miembros de la Iglesia?
Nuestros dos últimos blogs han examinado cómo los miembros de la iglesia ASD de todo el mundo respondieron a doce preguntas basadas en estos temas de madurez espiritual; sus respuestas se dieron en una escala de 1 a 5, 1 siendo “nunca” y 5 “a menudo”. Cuando examinamos las respuestas de los miembros por división, vemos que los miembros de la División de África Centro Occidental (WAD, en el gráfico) se consideran los más propensos a participar en esos comportamientos (respuesta promedio de 4.28); los miembros de la División África Centro Oriental (ECD, en el gráfico) quedo muy cerca, con una respuesta promedio de 4.24. La división del Pacifico Sur (SPD en el gráfico) tuvo un promedio de 3.88 y la División de Asia Pacifico Sur (SSD, en el gráfico) un promedio de 3.91—calificándose como las divisiones menos probables de participar en esos comportamientos. En general, los adventistas tienen una buena puntuación en la escala “Madurez en la Fe”. Sin embargo, aunque estas figuras nos dan aliento, es necesario que nuestra fe se siga desarrollando.
¿En qué áreas sientes que tú mismo tienes madurez en tu fe? ¿En qué áreas necesitas crecer? Una relación con Jesús es un compromiso de toda la vida, que requiere un deseo constante de acercarse a Él y ser más como él.