Mantenerse en contacto con Dios

Correo junio 5, 2024

«La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos» (Salmo 19:7,8 RVR1960).

Las relaciones se basan en la comunicación: conversaciones entre dos o más personas.

Cuando conocemos a alguien, queremos saber qué tipo de persona es. Hacemos preguntas y escuchamos lo que tienen que decir. Ellos preguntan y nosotros respondemos con sinceridad.

Para fomentar las relaciones existentes, tenemos que mantener esa comunicación de forma regular. Hay muchas formas de comunicarse: cara a cara, por teléfono, por carta a la antigua usanza y, por supuesto, por correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales y probablemente muchas otras. El método es menos importante que el hecho de que estamos aprendiendo más sobre la otra persona y compartiendo acerca de nosotros mismos.

Aparte de los pocos años que Jesús vivió aquí en el mundo con nosotros, como un ser humano más, y de unos pocos afortunados que han tenido la bendición de hablar con Dios directamente, no podemos hablar con él cara a cara. Pero eso no significa que la comunicación sea imposible. Una forma, por supuesto, es a través de los susurros del Espíritu Santo en nuestros corazones. Otra, es a través de las maravillas y las bellezas de su creación. La comunicación más directa es a través de sus propias palabras, que nos han transmitido los pocos que han escuchado su voz.

Las Escrituras son sus cartas para nosotros: cartas de amor, cartas para guiarnos, cartas para regañarnos cuando nos equivocamos, y sobre todo cartas que nos dicen quién es él. Con cada palabra de la Biblia, Dios nos dice qué clase de persona es. Se sincera con nosotros y nos muestra que se puede confiar en él cuando nosotros hacemos lo mismo. Nunca se burlará de nosotros, ni nos traicionará, ni dejará de estar ahí cuando lo necesitemos. La Biblia es el inicio de la conversación: “Aquí estoy. Esto es quién soy. Te amo y quiero que me cuentes más de ti”.

La encuesta 2023 Mundial de miembros de la Iglesia, reveló que algo menos de la mitad de los miembros de la Iglesia encuestados (48,7%) leen la Biblia todos los días. Más de un tercio (35,9%) la lee una vez a la semana o más. Lamentablemente, el 4,9% la lee menos de una vez al mes y el 2,4% no la lee nunca. Felizmente, en comparación con la encuesta realizada en 2018, el número de personas que nunca leen la Biblia ha bajado del 4% al 2,5%, y el número de personas que la leen todos los días ha subido ligeramente del 48% al 48,7%.

¡Qué maravilla que casi la mitad de los miembros leamos las cartas de Dios todos los días, y que otra cuarta parte las lea varias veces a la semana! Debemos animar a aquellos que no lo hacen a retomar el contacto con nuestro Mejor Amigo y Padre. Debemos recordarles lo llenas que están sus cartas de su amor y preocupación por nosotros. Todos deben aprender lo mucho que él desea renovar las líneas de comunicación con nosotros.

Elena G. White nos recordó que la constancia es la clave para formar y mantener buenos hábitos, incluyendo nuestras devociones diarias:

Si la oración secreta y la lectura de las Escrituras se descuidan hoy, se podrán omitir mañana con menos remordimiento de conciencia. Habrá una larga lista de omisiones por un solo grano sembrado en el terreno del corazón. Por otro lado, cada rayo de luz apreciado dará una mies de luz. Las tentaciones resistidas una vez darán poder para resistir más firmemente la segunda vez; y cada nueva victoria obtenida sobre el yo preparará el camino para alcanzar triunfos más elevados y más nobles. Cada victoria es una semilla sembrada para la vida eterna. (Elena G. White, Consejos para la Iglesia p. 627).                                            

Puede acceder al informe completo aquí.

Elaborado en colaboración con el Departamento de Ministerios de la Iglesia.

Publicado por ASTR el 06/05/2024.