Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
En el texto anterior, Pablo decía a sus lectores que no se preocuparan por nada. Sin embargo, los últimos años han sido una época de estrés y crisis sin precedentes. Por encima de todo, por encima de las guerras y la agitación económica, se ha cernido la pandemia de COVID-19. En 2022, la Organización Mundial de la Salud publicó un informe en el que afirmaba que «en el primer año de la pandemia de COVID-19, la prevalencia mundial de ansiedad y depresión aumentó un enorme 25%”.[1] Además de afectar a la salud de las personas y a su capacidad para trabajar, una de las principales causas de este aumento fue el aislamiento social que todos tuvimos que sufrir. Estudios recientes demuestran que la pandemia sigue afectando negativamente a nuestras vidas y a nuestra salud mental de formas inesperadas.[2]
En tiempos difíciles, necesitamos dar y recibir apoyo de nuestros amigos y familiares. El texto de Filipenses continúa diciendo: “En toda oración y ruego, con acción de gracias, sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios.”

En la Encuesta Mundial de Miembros de Iglesia 2023, el 64,2% de los miembros de Iglesia afirmaron orar al menos una vez al día. Alrededor del 16,4% oraba más de una vez a la semana; y el 11,4%, entre una vez a la semana y una vez al mes. Lamentablemente, el 8,1% de los miembros oraba menos de una vez al mes o nunca.
Esta oración no incluye la oración durante las comidas, cuando pedimos a Dios que bendiga lo que vamos a comer. Lo que se incluye en las oraciones de esta encuesta son las oraciones de conversación, cuando respondemos a los mensajes que nos envía en las Escrituras y cuando le desahogamos o le entregamos nuestro corazón.
Dios siempre estará ahí cuando necesitemos hablar. Nunca está demasiado ocupado para escuchar nuestros miedos, nuestra ansiedad, nuestra ira, nuestra tristeza. Ningún problema es demasiado pequeño para interesarle. Él no sólo escucha, sino que responde calmando nuestra ansiedad y nuestros miedos. Filipenses termina: “La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
En El camino a Cristo, Elena G. White lo resumió maravillosamente cuando dijo, “Presentad a Dios vuestras necesidades, tristezas, gozos, cuidados y temores. No podéis agobiarle ni cansarle… Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar, pues sostiene los mundos y rige todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note” (El camino a Cristo, p. 100.3)
Puede acceder al informe completo aquí.
Elaborado en colaboración del Departamento de Ministerio de la Iglesia
Publicado por ASTR el 19/06/2024.
[1] World Health Organization. 02/03/2022. https://www.who.int/news/item/02-03-2022-covid-19-pandemic-triggers-25-increase-in-prevalence-of-anxiety-and-depression-worldwide
[2] Baylor University. 2/2/2024. https://news.web.baylor.edu/news/story/2024/days-blur-together-study-shows-how-covid-19-pandemic-affected-perceptions-time-and