Primer amor: experiencias iniciales de abandonos en la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Correo mayo 1, 2016

Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor

Apocalipsis 2:4 (NVI)

¿Recuerda cuando se enamoró por primera vez? Quizás no podía dejar de hablar con sus amigos y familiares sobre esa persona especial en su vida. O tal vez esperó con ansiedad cada vez que lo/la vería.

Ahora, ¿recuerda cuando se convertió en adventista? Si ha sido adventista toda su vida, ¿recuerda cómo se sintió después de ser bautizado? Para muchas personas, conocer a Jesús por primera vez es similar a esos sentimientos de “primer amor”.

Los resultados de dos estudios importantes dan una idea sobre los exadventistas del séptimo día a los que se les preguntó acerca de sus experiencias iniciales con la Iglesia. Un estudio reciente (2013) realizado por el Centro para el Ministerio Creativo preguntó a los que la abandonaron, qué es lo que más los atrajo para unirse a la Iglesia. Los encuestados indicaron que la doctrina, las amistades y el carisma del predicador, fueron los tres factores principales que los atrajeron.

El mismo estudio encontró que una vez que comenzaron a asistir a la iglesia, muchos de los encuestados estaban ansiosos por comprometer sus vidas con Cristo y la Iglesia. Este deseo puede ser una espada de dos filos. Muchos conversos (39%) quizás se unieron apresuradamente a la iglesia, pasando menos de un año entre su primer contacto y su bautismo (Centro para el Ministerio Creativo, 2013). Esta breve línea de tiempo puede ofrecer información sobre las altas tasas de deserción de la iglesia. Con poco tiempo para aprender, algunas personas podrían no haber entendido lo que realmente significa unirse a la Iglesia Adventista.

Un poco menos de un tercio (28%) esperó entre uno y cuatro años para ser bautizado. El 33% restante se bautizó cinco o más años después de su contacto inicial con la Iglesia (Centro para el Ministerio Creativo, 2013).

La Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación también examinó este tema. En una encuesta reciente (2014), descubrieron que casi la mitad (46.1%) de los adventistas son miembros practicantes cinco años o menos antes de abandonar la iglesia.

Como parte del mismo estudio ASTR, preguntó a los exadventistas del séptimo día cuánto tiempo habían sido asistentes regulares de la iglesia (ASTR, 2014). Solo un pequeño porcentaje (13.4%) informó que habían asistido durante un año o menos. Más de un tercio (35,9%) asistió durante dos a cinco años. Un poco más de una cuarta parte (30.5%) informó haber asistido de seis a 15 años, con un 20.2% asistiendo por más de 15 años.

Cabe señalar que, aunque se realizaron entrevistas y encuestas a los exmiembros de la iglesia que se fueron después de diferentes períodos de tiempo, es posible que las cifras de abandono en miembros de poco tiempo sean bajas. Muchos de los que estaban dispuestos a participar en la investigación habían sido adventistas de larga data. Por esta razón, al no haberse recogido datos de exmiembros de menor antigüedad en la encuesta, es plausible que ocurrieran más abandonos en menor cantidad de tiempo.

A partir de esta estadística, podemos ver que hay esperanza, una ventana de oportunidades para remediar la situación. Dado que más de la mitad (50.7%) de los encuestados asistieron más de cinco años, este período de tiempo proporciona una oportunidad para detener la pérdida de nuestros hermanos.

Sin embargo, como se señaló en un blog anterior, el 39.25% de todos los miembros en los últimos 50 años han abandonado la Iglesia (Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación, 2015). Entonces la pregunta es, ¿qué salió mal? ¿Qué podría hacerse durante los cinco a 20 años que tenemos a estas preciosas almas como parte de la familia de la iglesia para aumentar el compromiso y mantener vivo ese primer amor? Asegúrese de volver a revisar, ya que analizaremos cómo se desvaneció el “primer amor” de estas personas, así como las formas en que podríamos reavivar ese amor.

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