Salud emocional y bienestar de los pastores: Límites saludables

Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está ante todo. En el día del ajuste final de cuentas, Dios le preguntará qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al mundo se hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros no puede cancelar la deuda que él tiene con Dios en cuanto a cuidar de sus propios hijos (Obreros evangélicos 215).

El blog de esta semana trata sobre la salud emocional de los pastores y está extraído del libro Mending Ministers on Their Wellness Journey,[1] basado en una investigación reciente sobre la salud de los pastores adventistas de la División Norteamericana.[2]

Mending Ministers pone el ejemplo de las instrucciones dadas a los pasajeros de un avión para que, si se liberan las máscaras de oxígeno, ajusten las suyas propias antes de ayudar a los demás. Esta es la esencia del autocuidado. Tenemos que cuidar de nosotros mismos antes de poder cuidar de los demás. Esto es crucial para los pastores, que no solo tienen que cuidar de sí mismos y de sus familias, sino también de congregaciones enteras. Uno de los aspectos más vitales, e igualmente descuidados, en la atención personal de los pastores, es la creación de límites saludables en torno a sí mismos y a sus familias.

Los límites son espacios sanos y deliberados entre nosotros y los demás. Nos permiten hacer saber a la gente lo que está bien y lo que no, lo que toleraremos y lo que no. Los límites nos mantienen a salvo. En el estudio de Drumm & Činčala de 2021, los investigadores descubrieron que crear y mantener límites saludables era crucial para aliviar el estrés pastoral. Los límites protegen las relaciones sanas, especialmente con las personas que más queremos.

Sin embargo, muchos pastores tienen problemas para establecer límites familiares porque al hacerlo pueden sentirse culpables de estar siendo infieles a las expectativas de Dios.

Y tengo que admitir. . . Yo no sabía cómo cuidar de mí mismo, y estoy todavía luchando con eso. Creo pastores, que tenemos que aprender cómo protegernos… [y no] sentirnos culpables. Por ejemplo, no hay nada malo en decir: “No quiero contestar la llamada telefónica en este momento”. O, “Necesito tomarme ese día libre”. Pero si yo lo hiciera, me sentiría culpable, como si no estuviera siendo fiel a mi vocación.[3]

Preocupaciones por los límites familiares

Los pastores suelen tener más dificultades para establecer límites personales y familiares que los que trabajan en otras profesiones de ayuda. Para los pastores, los límites entre su hogar y su iglesia pueden volverse permeables. Los miembros de la iglesia pueden sentir que deben tener acceso a su pastor en todo momento. Y como ser pastor es una vocación, no solo un trabajo, los pastores sienten la presión de estar disponibles incluso cuando están pasando un tiempo valioso en casa y con sus familias (Hileman, 2008).[4]

Los pastores pueden sentir que es egoísta dar prioridad a su familia, pero, al igual que el oxígeno en el avión, los pastores tienen que priorizar su bienestar y el de sus familias antes de ser capaces de cuidar del bienestar de sus congregaciones. “Los límites sanos hacen almas sanas. Los límites insanos hacen almas insanas”.[5] 

Después de su relación con Dios, es con sus familias donde los pastores encuentran la fuerza y la motivación para seguir adelante.

Una forma de proteger el tiempo con la familia es programarlo en el calendario.

Al mismo tiempo, los pastores necesitan establecer límites de tiempo para el trabajo regular de oficina de la iglesia. Por supuesto, un buen pastor siempre estará disponible para responder a una emergencia real, pero es necesario definir de antemano lo que constituye una emergencia.

Mending Ministers proporciona información sobre algunas cosas que los pastores pueden hacer para ayudar a mantener límites saludables entre la familia y el trabajo.[6]

1.         Aprende a decir No: “no”, es una frase completa y no necesita disculpas ni explicaciones.

2.         Comunica lo que quieres (y lo que no): una comunicación clara es vital para establecer límites.

3.         Establezca una expectativa de “si… entonces” y cúmplala: sepa de antemano cuáles son sus expectativas y qué esperar si no cumplen.

Puede ser difícil crear y mantener límites saludables, y algunas personas pueden malinterpretar y sentirse menospreciadas o incluso desatendidas cuando los pastores se toman tiempo libre del trabajo para concentrarse en sí mismos y en su familia, pero los pastores necesitan asegurar su propia salud para cuidar mejor de su familia eclesial.


Elaborado en colaboración con el departamento: Ministerios de la Iglesia.

Publicado por ASTR el 26-09-23


[1] Ivan Williams, Petr Činčala, and René Drumm, eds., Mending Ministers on Their Wellness Journey (Lincoln, NE: AdventSource, 2022).

[2] R. Drumm and P. Činčala, SDA Pastor Health Qualitative Study Report: What Can

and Must Be Done to Save the Health of Adventist Pastors. Informe inédito del Departamento Ministerial de los Adventistas del Séptimo Día para la División Norteamericana (2021b)

[3] Drumm and Činčala, What Can and Must Be Done, pág. 21

[4] L. Hileman, L., “The Unique Needs of Protestant Clergy Families: Implications for Marriage and Family Counseling,” Journal of Spirituality in Mental Health, 10:2 (2008): 119–144.

[5] Williams, Činčala, and Drumm, Mending Ministers, pág. 114.

[6] Williams, Činčala, and Drumm, Mending Ministers, págs. 97–98.